Introducción

Debo felicitar al Instituto Europeo para la Salud de la Mujer por la publicación de Mujeres en Europa – Hacia una Vejez Saludable: Revisión del Estado de Salud de las Mujeres de Mediana Edad y de Edad Avanzada. Su publicación sigue de cerca al propio informe de la Comisión Europea sobre la situación demográfica en la Unión Europea.

Esta revisión cumple una valiosa función. Las tendencias demográficas europeas apuntan hacia una población cada vez más anciana, y especialmente en el caso de las mujeres. El nœmero de personas mayores de 60 años pasará de 76 millones en 1995 a un estimado de casi 114 millones en el año 2025.

Durante este mismo período de tiempo, la cifra de personas menores de 20 años disminuirá un 11%. Estas tendencias tienen implicaciones fundamentales no solamente en cuanto a los costes de los servicios sanitarios, sino también con respecto a las instalaciones y servicios que se necesitarán en el futuro. El Instituto Europeo de la Salud de la Mujer señala con razón que la planificación permitiría emprender acciones que minimizaran los efectos adversos de esta situación para las mujeres. Sin embargo, opino que esta revisión, aœn centrada en las mujeres de edad más avanzada, contiene lecciones para todos: jóvenes y mayores, hombres y mujeres, profesionales sanitarios y pacientes. Necesitamos considerar desde ahora todos los aspectos que se derivan de estas tendencias.

Entre ellos se incluye un énfasis esencial en la necesidad de poner en marcha medidas para la promoción y la educación en el campo de la salud. No puedo estar más de acuerdo. La realidad es que gran parte de las principales enfermedades que afectan a los ciudadanos europeos están relacionadas con el estilo de vida. Aquellas medidas que sirvan para educar a nuestros ciudadanos sobre cómo evitar riesgos, mejorar su dieta, y sobre los beneficios del ejercicio físico y mental pueden desempeñar un papel fundamental para mejorar la esperanza y la calidad de vida. Además, estas medidas pueden llevarse a cabo con frecuencia con un coste menor que los tratamientos médicos invasivos. Puede tratarse de un cliché, pero en este sentido, Ámás vale prevenir que curar!

En cada una de las cuatro áreas de salud cubiertas en esta revisión – enfermedad coronaria, cáncer, osteoporosis y depresión – la promoción de la salud y de la prevención juega un papel esencial en mitigar el impacto. Las mujeres de edad más avanzada se beneficiarían de la lectura de las conclusiones halladas en estas áreas. Tal y como señala la revisión, podrían asimismo difundir los resultados a una audiencia más amplia, incluyendo sus propios hijos y las personas que están a su cargo.

Espero que esta revisión se difunda ampliamente. Es importante que la lea el mayor nœmero de personas posible, y especialmente las propias mujeres. La Comisión Europea, por su parte, reconoce que las necesidades de salud de las mujeres precisan una consideración especial. En su próximo informe sobre El Estado de Salud en la Unión Europea, la Comisión incluirá, por lo tanto, un capítulo específico sobre este tema.

Padraig Flynn
Miembro de la Comisión Europea

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