El estereotipo convencional – que la depresión es una parte normal del envejecimiento – es tan perjudicial como persistente. Con frecuencia, la depresión puede tratarse.
- La depresión tiene un impacto significativo en la calidad de vida y es responsable de un gran nœmero de incapacidades.
- La tasa de depresión entre mujeres es dos veces más elevada que en los hombres. Las mujeres son más vulnerables por muchos motivos – dolencias físicas, factores psicológicos, aspectos externos y, en algunos casos, factores genéticos. Las tasas de suicidio son dos veces superiores en ancianos que en adultos más jóvenes.
- A menudo, la depresión no se trata, o se trata de forma inadecuada mediante tranquilizantes que sedan a las mujeres, y no sirven de ayuda para que éstas se recuperen de la enfermedad. Esto supone una enorme carga para las mujeres, sus familias y la sociedad. La depresión supone un peso en œltima instancia para los servicios médicos y sociales, ya que las mujeres buscan ayuda para síntomas físicos que tienen profundas causas psicológicas.
Los médicos deben aprender a reconocer los síntomas de la depresión, hablar de ellos abiertamente con sus pacientes y asegurar un tratamiento adecuado. La salud física y mental están íntimamente ligadas. Ninguna política sanitaria puede ser totalmente eficaz si no incorpora su preocupación por los dos aspectos.